miércoles, 7 de diciembre de 2016

ESCUELAS DE FUTBOL; ¿LUGAR PARA APRENDER O COMPETIR?



UNA VISIÓN QUE MUESTRA LAS DIFERENCIAS QUE EXISTEN ENTRE FÚTBOL FORMATIVO Y EL COMPETITIVO (CON ENFOQUE PROFESIONAL).


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Para unos, ganar torneos es lo importate.  (VISION COMPETITIVA),
Para otros la competición debe ser secundaria. (VISION FORMATIVA)



En las categorías de formación debe haber pilares presentes, de ahí también el nombre que se le da al fútbol formativo en España: Base. La parte lúdica está implícita, se deben formar con valores, como el comportamiento dentro y fuera del campo, todos los chicos tienen los mismos derechos independientemente de su capacidad o estado físico, se deben evaluar mientras están en este etapa de formación, el ganar no es lo más importante o fundamental sino cuanto aprende el niño, para ello el entrenador debe de tener esta misma mentalidad, para este debe ser importante que tanto aprenden los niños así como lo que él puede llegar a aprender de sus alumnos.

La tentación de intensificar la presión competitiva en edades cada vez más tempranas es un disparate que sólo puede entenderse por la ignorancia, el peso de la inercia o el extravío en que nos movemos, si seguimos un proceso solo buscando que los niños ganen o “sean los mejores” nos encontraremos poniendo a los niños ante obstáculos para los que aún no están bien preparados u orientados y como resultado coartaremos su avance. Cuando en las etapas formativas se compite con el único objetivo de ganar los entrenadores suelen seleccionar “a los mejores jugadores” a los que aparentemente tienen mayor capacidad, conformando grupos con este “tipo” de jugadores relegando a otros, no desarrollando al máximo sus capacidades, limitándolos, cuando tal vez esos niños podrían tener una progresión y mejora en otros estadíos, muestra de que puede estar provocando un efecto boomerang y fracasar en el desarrollo del talento de los nuevos jugadores.


Hay entrenadores que tienen una gran vocación, corrigen y trabajan constantemente con los niños haciéndolos mejorar más allá de los resultados obtenidos, sin embargo está la otra cara de la moneda, pues quieren que los reconozcan y buscan como meta ser los mejores.


En la etapa PROFESIONAL, se sigue más esta corriente, donde el interés que se busca en los clubes es meramente obtener los mejores resultados deportivos, destacar. Haciendo que se alteren también otros aspectos de la vida de los que buscan ser jugadores profesionales, por ejemplo, al adularlo. Cuántas veces hemos encontrado jugadores que encuentran en el fútbol un vehículo para desertar de la escuela o se encuentran en situaciones para las cuáles no estaban debidamente preparados, como el formar una familia prematuramente?

Es por ello que no se debe olvidar que la maduración de estos jugadores es inseparable de su propio crecimiento emocional y su formación integral como personas. Debemos aprender a “utilizar” la competición para optimizar y multiplicar la efectividad real del trabajo formativo los que somos responsables de una escuela de futbol. 





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